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Aguaviva, un oasis de cerveza en FITUR

Lorena Díaz Sánchez

Cervezas Aguaviva en FITUR 2018
Sergio Prado (izq) y David Onetto (der), de Cervezas Aguaviva.
FITUR es la Feria Internacional de Turismo que Madrid celebra en el recinto de IFEMA. La edición de este fin de semana ha ocupado ocho pabellones. 165 países y regiones compitieron por seducir a turistas y profesionales. En este escenario de multiculturalidad también hay espacio para la cerveza.

Asistí a la cita el viernes para conocer de primera mano la representación del cerveturismo en la feria. La realidad es que, más allá de los grifos de Pilsner Urquell y Kozel Dark en el stand de República Checa, la oferta fue más bien limitada. Bélgica presumió de chocolates y escondió la cerveza. Mahou monopolizó la mayoría de los stands. Heineken reinó en Holanda.

Hubo presentaciones aisladas de microcerveceras, pero su presencia fue anecdótica. Sin embargo, encontré una pequeña cervecera procedente de Cádiz. David Onetto y Sergio Prado son los cofundadores de Cervezas Aguaviva. Los linenses tiraban cañas en el stand del Campo de Gibraltar.

«Tenemos dos cervezas ahora mismo: Rolipó y Focona. Rolipó es una cerveza estilo Patersbier. Tiene 4,3% de alcohol. Es suave y ligera. No tiene mucho amargor, pero sí un toque dulce», explica el cervecero Sergio Prado. En realidad, Patersbier no es un estilo en sí mismo. Los monjes elaboraban esta “cerveza del padre” para su disfrute exclusivo dentro del monasterio.

Luego, Focona es la interpretación gaditana de una Strong Bitter inglesa. «Es una cerveza tostada. Tiene un grado más de alcohol. La peculiaridad es que le hemos echado cuatro maltas y cuatro lúpulos. Posee más intensidad de sabor y aroma. Es más cerveza, con más cuerpo», apunta Sergio Prado.

Además, los linenses tienen un lanzamiento en mente: «una cerveza negra, una American Stout. Será prácticamente dentro de un mes y medio. Seguimos trabajado con recetas ya con vista al invierno. Tenemos varias recetas que aún no sabemos en qué momento las vamos a poder encajar».

Los nombres de las cervezas son palabras que formaban parte del vocabulario de sus abuelos. Son vocablos nacidos de la unión del español y el inglés en la frontera con Gibraltar. Rolipó viene de Lollipop (piruleta). Por su parte, Focona es la castellanización de Four corner, que significa cuatro esquinas. Así denominan a la zona fronteriza con Gibraltar.

«Nos gustaría llegar a toda España. Sin duda cuanto más público pueda degustar nuestra cerveza, mejor. Todavía no tenemos distribuidores. La idea es consolidarlo. El mercado local, por suerte, creo que lo tenemos. Están con nosotros y nos apoyan», sentencia el cervecero de Aguaviva.

Mientras que el enoturismo brilló, al turismo cervecero le queda todavía mucho recorrido en España. Mi impresión es que los países y las regiones participantes priorizaron otros productos de la tierra. Cabe preguntarse si existe demanda suficiente para incentivar el turismo cervecero.

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