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Reseña de la Ziva 5.0 de Cervezas Villa de Madrid, una Imperial Russian Stout

Cervezas Villa de Madrid Ziva 5.0 Imperial Russian Stout
Propuesta de etiqueta alternativa
A mediados de marzo me acerqué a la fábrica de Cervezas Villa de Madrid, que está en Rivas-Vaciamadrid. Fui a por unas muestras de Golden Promise, y de carambola salí también con unas botellas de la marca madrileña. Por fin he terminado de catarlas. De la línea “chula” he probado la Pilsner, la Pale Ale, la IPA, la sin alcohol, la de trigo y la negra. Además, de la gama Ziva he degustado la Ziva 2.0 (Belgian Strong Ale 10º ABV) y la Ziva 5.0 (Russian Imperial Stout 11º ABV). Reconozco que estas dos Ziva, junto a la Pale Ale, son las que más me han gustado. Mi favorita es la Ziva 5.0, que paso a comentar.

La Ziva 5.0 es una Russian Imperial Stout. Lejos de lo que pueda parecer, el origen de este estilo lo encontramos en Inglaterra. La aristocracia rusa apreciaba las Stout inglesas. Sin embargo, la cerveza se echaba a perder por el camino. La solución que idearon los ingleses para exportar sus cerveza negra fue aumentar la graduación alcohólica para que de esta manera llegase en óptimas condiciones al país de los zares. En ese contexto nacen lan Russian Imperial Stout en el siglo XVIII. A día de hoy, los microcerveceros las han recuperado.

En el caso de la Ziva 5.0 de Cervezas Villa de Madrid, encontramos una cerveza con un 11% de volumen de alcohol. Entre sus ingredientes hayamos avena, café y chocolate. Al servirla notamos la densidad del líquido que se adhiere a las paredes de la copa. Apenas tiene gas. De hecho, no forma espuma. En nariz apreciamos el toque licoroso de la cerveza, y también percibimos café, chocolate y vainilla. En boca sentimos un dulzor moderado por la intensidad del café y un fondo amargo. Esta maravilla de “petróleo” mejora conforme se templa.

Ziva 5.0 Imperial Russian Stout
Etiquetas de la gama Ziva
Creo que la Imperial Russian Stout tiene unas posibilidades de maridaje espectaculares. Sí, podemos tomarla con chocolate y combinarla con postres. Sin embargo, según la bebía me dieron ganas de coger un bizcocho y empaparlo en esta cerveza; versión morena del típico pastelito borracho. También se me ocurrió -pido perdón de antemano- dejar un par de dedos de cerveza y añadirle un chorro de leche fría. Para mi sorpresa, la mezcla no resultó desagradable. En cualquier caso, me ha parecido una cerveza muy recomendable.

Existe además una versión de la Ziva 5.0 madurada 9 meses en barrica de Bourbon, que en alguna ocasión me gustaría tomar para hacer una cata comparativa. No obstante, la versión estándar de esta Russian Imperial Stout también es ideal para añejar en botella. El 11% de alcohol la protege de todos los males. De hecho, con ese volumen de alcohol no presenta fecha de consumo preferente. Veremos cómo le sienta un año de guarda.

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