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Vuelve El Alcázar, la leyenda del sur

Cerveza El Alcázar Jaén

La cultura cervecera tiende a estar ligada a las zonas y regiones donde viven sus consumidores, y es que no son igual de populares unas marcas u otras según el lugar donde vayas a preguntar. Algunas marcas dejan un gran impacto en la población, llegando a convertirse en un icono o una seña de identidad con denominación de origen. Este es el caso de El Alcázar, una cerveza que hace su gran reaparición casi 100 años después de su nacimiento.

Orgullosamente elaborada en Jaén, tal y como reza su etiqueta, El Alcázar es motivo de orgullo para los jienenses que vieron crecer la marca en su ciudad natal y en la zona de Andalucía Oriental, donde ha tenido tradicionalmente más impacto. En honor a sus orígenes, la botella recupera el color verde del formato original y luce una imagen del Castillo de Santa Catalina, también conocido como el Alcázar de Jaén y que le da nombre a la cerveza nacida en 1928.

La presentación de El Alcázar solo podía ser en un lugar: el Castillo de Santa Catalina. Allí, los afortunados que tuvimos la ocasión de acudir vimos en directo el regreso triunfal de la marca. En palabras de Marta García, directora de marketing de Heineken España, ese día se celebraba la vuelta de una auténtica leyenda. Y es que no todos los días se recupera una marca tan querida.

Más allá de la importancia de El Alcázar dentro del imaginario colectivo de Jaén y las provincias cercanas, es importante hablar un poco sobre la cerveza para los que tengan alguna duda de cómo es. Según comentaba el equipo de Heineken durante el viaje, para su elaboración se ha buscado la receta original en los archivos y es que, en la medida de lo posible, se intentaba preparar una cerveza igual a la que se hacía antaño. No obstante, se ha optado por hacer una cerveza inspirada en la original, dándole un soplo de aire fresco y nuevos matices.

El resultado es una cerveza con cuerpo y sabor intenso que se equilibra perfectamente con el amargor ligeramente floral y cítrico del lúpulo, el cual se añade al final del proceso de ebullición mediante la técnica de late hopping. Su graduación del 6% no la hacen difícil de tomar, y es que el característico amargor de la cerveza El Alcázar se combina con una sensación muy refrescante que la convierten en una cerveza más que disfrutable.

Durante el proceso de elaboración las novedades más visibles son la malta Biscuit y el lúpulo Citra, que tratan de llevar a El Alcázar a otro nivel. La malta Biscuit es una variedad belga que se obtiene mediante un tostado completo para proporcionar un sabor intenso y el punto justo de amargor, mientras que el uso del lúpulo Citra se encarga de añadir una sensación afrutada y refrescante. Además,todo esto se une al verdadero ingrediente que la hace única y diferente de cualquier otra cerveza: el agua del manantial de La Imora.

Nos comentaban además desde Heineken España que la expectación por la vuelta de El Alcázar es totalmente visible. Aunque sea casi una anécdota, se han llegado a hacer envíos al resto de Andalucía, Cataluña, la zona de Levante, Las Palmas de Gran Canaria, Baleares e incluso unas 10 cajas a Reino Unido que probablemente hayan sido encargadas por un jienense nostálgico asentado en tierras británicas.

Aunque ahora mismo no está previsto comercializarla a nivel nacional, nunca se sabe qué puede llegar a ocurrir. De momento la leyenda del sur se quedará en casa, así que si pasáis por la zona no dudéis en probarla para comprobar si merece todo el cariño con el que se la recuerda y con el que se la ha recibido su vuelta.

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