Cómo preparar solomillo de pato a la parrilla, maridado con cerveza

Proseguimos nuestra aventura sobre las brasas con un corte que hasta ahora no conocía: el solomillo de pato. Es una carne de extraordinario sabor, que recuerda a la caza, y con poca grasa. Por eso me parece ideal para personas con colesterol o que quieran cuidar su dieta sin renunciar a una buena barbacoa de domingo. Ahora, ¿dónde podemos encontrar este corte tan peculiar? Lo he descubierto en la web de Malvasía, expertos ganaderos de Soria dedicados al pato.

Solomillo de pato en barbacoa

El solomillo de pato tiene un sabor “bravo”, similar al de otros animales salvajes. Para suavizarlo, lo maceramos la noche de antes. Introducimos la carne en un recipiente, y añadimos vino tinto hasta que cubra. Agregamos también un chorro de limón, que le va a dar un toque ácido muy rico, y suficiente sal fina. Removemos bien la mezcla para que el baño sea homogéneo, y lo guardamos en la nevera toda la noche.

Respecto a las cantidades, para un kilo de carne he utilizado dos tazas de vino tinto y el zumo de un limón. La sal va al gusto. Yo he empleado vino barato de cartón, y el resultado es bueno ¿Quedará mejor con un buen vino? Por supuesto, eso es evidente. Ahora, ¿merece la pena gastar un vino caro en macerar carne? Para mí no, pero tú puedes hacerlo como prefieras.

Al día siguiente, veremos que el solomillo de pato ha cambiado de color. Ha perdido sangre; ha absorbido vino, y el limón ha producido su efecto. Lo sacamos de la nevera al menos 3 horas antes de cocinarlo, pero el líquido lo vamos a retirar justo antes de colocar la carne sobre la parrilla para que termine de ablandar el corte.

Una vez tenemos las brasas listas, colocamos con habilidad los trozos de solomillo de pato sobre la parrilla. Vamos a salarlos, pero esta vez con sal gorda. Hemos de ser ágiles para asarlos por ambos lados, ya que es un corte que se cocina muy rápido y corremos el riesgo de que quede seco por dentro.

Una vez en la mesa, puedes agregar la salsa que más te guste. He probado varias maneras de cocinarlo, pero esta es la que más me ha convencido. Como ves, no tienen ninguna dificultad, y el sabor es bastante especial. El vino y el limón le dan un contrapunto muy agradable, y nos permiten disfrutar de una carne más jugosa.

Mi error con el solomillo de pato y cómo lo solucioné

Antes de cocinarlo a la parrilla, intenté asar el solomillo de pato en el horno con cebolla, vino blanco y especias. Entonces me quedó demasiado seco, así que lo guardé en un recipiente cerrado con la cebolla hasta el día siguiente. Volví a abrirlo a mediodía, y la carne no solo se había ablandado, sino que había adquirido un gusto a cebolla caramelizada muy rico en combinación con el vino y las especias. Así que lo calenté y me dispuse a cortar la carne en láminas para prepararme un bocadillo con los excedentes del solomillo de pato y mermelada de fresa ¡Qué rico!

Si os sobra solomillo de pato después de cocinarlo, también podéis agregarlo en otros guisos. Por ejemplo, laminé un poco del que preparé a la parrilla y lo añadí a una pasta boloñesa con carne picada de ternera. La combinación me encantó.

¿Con qué cerveza maridar el solomillo de pato?

Como te comentaba, el limón le aporta un toque ácido muy agradable ¿Entonces por qué no maridar este corte una cerveza cítrica también? El solomillo de pato combina genial con Imperial Citrus, la nueva Ambiciosa de Ámbar. Esta edición limitada es una creación del maestro cervecero Antonio Fumanal, y tiene la particularidad de que Ámbar ha incorporado limón negro -loomi en la tradición persa- y lúpulo Lemon Drop.

Encontramos, por tanto, una cerveza de marcado perfil cítrico, más aromática que una lager comercial y que presenta notable turbidez. De hecho, parece un zumo, aunque con 6% de alcohol. Si no puedes conseguirla, la radler de Ámbar -cerveza con zumo de limón- también es una buena opción ¿Te animas a probar el solomillo de pato con una cerveza cítrica?