Con motivo del día internacional de la stout que se celebra el primer jueves de noviembre, he preguntado a varios especialistas cuál es su stout nacional favorita. De uno u otro modo, todos los participantes se dedican a divulgar cultura cervecera. A continuación, comparto sus recomendaciones. Este recopilatorio no tiene por objetivo señalar “las mejores”, sino dotar al lector de un abanico de experiencias donde la calidad queda patente.
Luis Blasco, periodista en El Mundo y autor del #Cerveleo en Twitter: Vanilla Black Velvet, de LaQuince y Guineu, (y todas sus variantes)
La primera vez que probé esta cerveza fue en la extinta Feria de Noblejas, en septiembre de 2014.
Los chicos de LaQuince llevaban poco tiempo en el mundillo, pero ya estaban dando mucho que hablar. Entre las cervezas que servían, si no recuerdo mal, estaban su mítica Hop Fiction y una cerveza negra con un sugerente nombre: Vanilla Black Velvet. Con ese nombre había que probarla sí o sí. Con el primer sorbo ya se podía ver que era algo diferente al resto de Stout que había podido probar hasta ese momento. Una cerveza atrevida y con muchos matices. Era oscura como la noche en un bosque e intensa como una luna de miel. Una de esas cervezas que se te queda grabada con el primer trago.
Afortunadamente, no fue fruto de un solo año, como otras cervezas. Es más, cada año se puede tomar una Vanilla Black Velvet diferente.
Mi recomendación es tomarla sin prisa, dejando que el frío se escape poco a poco. Conviene comprar un par de botellas, una para consumir ese año y otra para añejar.
Como la buena amistad, esta cerveza gana con el paso del tiempo.
Mª Paz González de la tienda Birra y Paz: Vanilla Black Velvet de La Quince y Guineu
Pues como sólo se puede elegir una, mi Stout favorita es Vanilla Black Velvet de La Quince y Guineu. Los motivos para elegirla son una mezcla de subjetividad y objetividad. Objetivamente: me parece una gran Imperial Stout; me seducen su aroma a granos torrefactados (café y cacao), leve toque de vainilla, calidez en boca y sedosidad. Subjetivamente, es una de las primeras Imperial Stouts locales que llegaron a la tienda y la tenemos un cariño muy especial.
Manuel Lavado de la tienda Cerevisia: Vanilla Black Velvet de La Quince y Guineu
Vanilla Black Velvet edición 2018 es una Russian Imperial Stout con un 9,5 % de alcohol en volumen, colaboración de los madrileños de La Quince y los barceloneses de Guineu.
Presenta un color negro opaco, con una espuma color canela cremosa y persistente. En nariz puedes perderte en una infinidad de matices: frutas negras, chocolate, café, vainilla, oporto... En boca: baja carbonatación, cuerpo intenso y un excelente equilibrio entre dulzor y amargor con notas de café y chocolate. Sus maltas aportan un fuerte carácter tostado. El final es seco y persistente.
Elegimos esta cerveza porque lleva varios años elaborándose con alguna variación en la receta, y sigue siendo una de nuestras favoritas, así como para nuestro público. Es una cerveza que está por encima de las modas.
Luis Vida, escritor, comunicador y formador: Dougall´s Session Stout
Aprendí a beber stout en un verano que pasé recorriendo Irlanda con amigos, hace ya unos años, pero la versión de barra del estilo (la inglesa o la irlandesa) prácticamente no se estila aquí y nos hemos quedado con la más jevi, la americana. Las stouts españolas son casi todas Imperiales que pasan de los 10% de alcohol, cervezas impactantes, de copa y postre, con recetas complejas y, muchas veces, maduradas en barrica, lo que no deja de tener muchísimo mérito, pero no son “de beber”. Cosas como la Asura de Yria, la Blackblock de la Pirata o la Black Velvet de Guineu/la Quince me encantan pero como cervecero apuesto por una versión más “de trago largo” y ortodoxa en cuanto a la pureza porque prefiero las stout que son 100% malta, lúpulo, levadura y agua antes que las “de pastelería” que están tan de moda y cuyos sabores son más los de sus adjuntos: café, chocolate, chiles o lo que le hayan puesto. La session de Dougall's es una apuesta sencilla, modesta, y justo por eso me parece destacable.
Hermanos Muñoz de la tienda Espuma: Laugar Basatia
Nosotros elegimos Laugar Basatia. Se trata de una Imperial Stout realmente sabrosa pero con mucho equilibrio.Las notas a café priman en esta cerveza sedosa de color negro opaco. Laugar nos tiene acostumbrados a Imperial Stouts más potentes o llamativas pero que no están disponibles todo el año. Por su regularidad y disponibilidad nos parece que Basatia es una stout de campeonato.
Alan Nuñez del blog Birradvisor y promotor del #ViernesDePetroleo en Instagram: Aguaviva Liquirbá y Villa de Madrid Ziva #5.0
Por motivo del Stout Day nos dispusimos a elegir nuestra stout favorita y aunque es prácticamente imposible hemos elegido un par de opciones que representa muy bien a sus estilos propios.
Aguaviva Liquirbá
Podemos decir que la primera una de las más exclusiva. Una American stout difícil de encontrar en otro lugar que no sea en su tierra. Traída directamente desde Cádiz, nos servimos esta Liquirbá creación de cervezas agua viva.
Es una birra de apariencia penumbrosa, negra con destellos marrones, dueña de una espuma generosa persistente y de apariencia jabonosa con un tono marrón claro.
En nariz tiene un plano de bienvenida repleto de notas de malta tostada, con presencia de café, chocolate y regaliz. Dejando un poco lejano ese carácter herbal y resinosos de los lúpulos americano.
En boca se hace mucho más ligera que una stout convencional, permitiéndonos sentir esa carbonatación de su interior y obsequiandonos una sensación de astringencia moderada con matices tostados de café y chocolate. Ocultos casi por completo, toques herbales y afrutados que nos regalan sus lúpulos salen como preámbulo para terminar con un suave punto de caramelo y destellos de regaliz.
Villa de Madrid Ziva #5.0
La segunda opción es un poco más sencilla de encontrar, pero no por eso de menor calidad. Se trata de una stout creada por cervezas villa de Madrid especialmente para su línea más friki llamada ZIVA. Con un formato de numeración nos ofrecen birras diseñadas para los que buscamos algo que vaya más allá de los sabores monótonos que puede haber en el ámbito craft.
Luce como una birra con una turbiedad profunda e importantes reflejos rojizos. Con alguna carbonatación que no visualizamos en su interior y que marca una corona de espuma de color tostado y poros finos con una presencia prolongada.
En aromas el matiz cafetero y punto de chocolate se impone en su primer plano, mientras que notas más dulzonas de frutas secas como higo y ciruela, se fusionan con ese punto espaciado de vainilla y suave toques tostados.
En boca un marcado sabor tostado llega con punto de chocolate amargo y vainilla, quedándose un poco por debajo ese plus de fruta madura con el dulzor de la malta y un delicado destello ahumado.
Un par de ricos petróleos ideales para disfrutar este 7 de noviembre o cualquier #ViernesDePetroleo si tienes la oportunidad de hacerte con alguna de estas dos opciones. No lo dudes ni por un instante, que no te arrepentirás.
Javier Cameno del blog El Portal de la Cerveza: Santa Muerte – Amager
Cuando David me dio la oportunidad de participar dentro de tan importante publicación de otoño – invierno y me pidió escribir sobre un petróleo de mi elección, lo tuve complicado: son muchas mis referencias dentro de este estilo, lo reconozco.
Sin embargo ¡Hay que elegir! Y por ello, me he decantado por una propuesta que me tiene enamorado desde que la conocí: Santa Muerte, la receta más letal de la marca danesa. Hasta no hace mucho, era una fórmula clásica en las notes de Halloween por mis latitudes… Sin embargo su adquisición se volvió difícil, para los distribuidores habituales, reduciendo su adquisición a celebraciones más importantes. Este elixir nos hace recordar cómo los caminos de la cerveza artesana son inciertos y la ocasión de fusionar innovación con tradición es toda una realidad vigente (y así lo deja reflejado en su etiquetado: Imperial Honey Stout).
Inicio mi nota de cata hablando de una característica fundamental, a mi juicio: la disimulación del grado alcohólico. En este caso, está más que lograda: sus 10% vol., están bien ocultos, de manera que la sensación que produce en el consumidor es de placer, sin colapsar nuestros sentidos. En cuanto a la cata propiamente dicha he de mencionar que depende mucho el lote que pruebes: en ocasiones la presencia clásica de miel y chocolate se ha hecho evidente, desde el principio; en especial en nariz. En otras ocasiones, la cerveza presenta un cuerpo más licoroso, acompañado por recuerdos a café o chocolate negro (recurso que nunca desaparece, sea cual sea el resultado de la tirada). Para la ocasión que te presento, me tocó disfrutar de la segunda opción: grata sensación a licor, junto a notas a chocolate negro y final a café (tanto en nariz como en boca). Su regusto final es ligeramente sedoso, con un recuerdo dulce constante.
Desde luego, dudo que haya mejor cerveza para amenizar fiestas, como la de hoy. Como maridaje, recomiendo todo tipo de repostería (y, si te gusta el chocolate con ganas, prueba con una porción de selva negra y me cuentas). ¡Resultados garantizados!
Muchas gracias David, por la ocasión de participar en esta publicación tan especial.
Salud y ¡viva las Stout por siempre!
Julio César Lazcano de la tienda Heneket: La Pirata Hard Decision Bourbon BA
Estilo: Stout – Double Oatmeal, envejecida durante 10 meses en barrica de bourbon
Alcohol (ABV): 9 %
Malts: Pale Ale, Oat, Chocolate, Black and Carafa Special III Malts, Roasted Barley, Flaked Oats & Barley.
ASPECTO: Marrón muy oscuro casi negro y de gran opacidad. Abundante y densa espuma canela de burbuja muy fina y persistente que se adhiere a las paredes del vaso dejando anillos con cada trago.
AROMA: Maltas torrefactadas con notas dulzonas de caramelo y marcados matices de madera y vainilla. Se percibe también la elevada graduación que nos adelanta de alguna manera que estamos ante una cerveza de carácter licoroso y pesado.
SABOR: Predominio de notas dulces con delicada acidez de fondo (muy parecida a la acidez que presenta un vino). Las notas aportadas por la madera de la barrica se vuelven mucho más intensas que en nariz y contribuyen a aumentar la complejidad del conjunto que no pierde su fondo cafetoso y achocolatado; acercando más la experiencia de sabor a la degustación de un vino generoso con un fondo de licor que a lo que se esperaría de una cerveza propiamente dicha.
SENSACION EN BOCA: Sensación de plenitud con una gran cremosidad a la que sin duda contribuye la incorporación de copos de avena. Textura bastante aceitosa fruto de la elevada densidad que impulsa suavemente el trago hacia el fondo de la boca.
PALADAR: Cuerpo completo y muy cálido sin ser en absoluto amargo. El amargor que únicamente se percibe en el final del trago proviene más de la combinación de las maltas tostadas y torrefactadas que de la adición de lúpulo. Carbonatación media muy apropiada para cerrar el conjunto.
IMPRESIÓN FINAL: Se trata de una cerveza muy especial tanto por la combinación de ingredientes, como por el laborioso proceso de elaboración, su posterior maduración en barrica que previamente ha alojado bourbon y un reposo final en botella para redondear todos los sabores. Está pensada para el disfrute pausado con repetidos tragos cortos que impregnan toda la cavidad bucal de una gran complejidad de matices de licor dulces, tostados y ahumados. CAFÉ, COPA y PURO en un mismo trago.
Julio Cerezo de Sabeer Academia de la Cerveza: La Negra de 4 Beers
Cuando David me invitó a participar en este fantástico blog cervecero no dudé un momento y acepté encantado escribir una breve reseña sobre una stout. Si hay algo que nos gusta a los que nos gusta la cerveza -casi tanto como beberla- es hablar o escribir de ella, compartir hallazgos, volver a descubrir clásicas y como no también contrastar nuestras opiniones sobre unas y otras.
Sin embargo esta invitación para mi llevaba implícita dos pequeñas trampas de las que fui consciente al sentarme frente al ordenador: tenía que escribir de mi cerveza stout española favorita y esto chocaba ligeramente con dos de mis posicionamientos cerveceros más arraigados.
El primero de ellos es el de elegir una cerveza favorita, ya sea dentro de un estilo concreto o en el universo cervecero. No sé las veces que al final del año me preguntan en cursos, catas o eventos sobre cuál es para mi la mejor cerveza -o al menos mi favorita- y me respuesta siempre es la misma: “no tengo respuesta”.
La verdad es que no soy capaz de señalar una única cerveza como “la mejor”, ni siquiera dentro de un estilo concreto. ¿Por qué? Yo encuentro al menos tres razones para ello:
- No puedo señalar la mejor sin conocerlas todas y cada vez es más difícil probar toda la variedad nacional e internacional que el creciente número de elaboradores cerveceros nos ofrece, así que elegir la mejor siempre tiene algo de injusticia
- No siempre probamos la mejor versión de cada cerveza ya que con frecuencia nos encontramos con una botella -o barril- que presenta indicios de una mala conservación y por tanto nuestra valoración se ve condicionada por factores externos a la receta y su elaboración
- Me cuesta mucho y hasta me parece imposible señalar solo una de entre las cuatro o cinco mejor valoradas de cada estilo, cervezas excelentes todas ellas a las que podría incluso ordenar de manera diferente en mi valoración un día y otro si las catara a ciegas
Todo esto me dificulta elegir una cerveza como mejor o favorita y no solo me pasa con la cerveza, me ocurre lo mismo con libros, canciones, películas o recetas de cocina.
El segundo posicionamiento que el titular del artículo me pone en cuestión es el que sea una cerveza española. Entiendo perfectamente el sentido de la restricción que a todos nos ha puesto David y lo acepto de buen grado pero siempre repito la frase que aprendí de mi compañero y maestro Luis Vida que, comparando con las clasificaciones del vino y otros productos, dice de la cerveza: “nuestra denominación de origen es el estilo”.
Por todo ello me he permitido reformular -solo a título personal- el titular propuesto por David para estos comentarios y hablaré de mi mejor momento personal con una stout española, en este caso La Negra de la cervecera navarra 4 Beers, una cerveza Imperial Stout con un significativo contenido alcohólico (11% ABV) elaborada con maltas locales y cacao de Ecuador.
He de reconocer que nunca había oído hablar de su elaboradora, 4 Beers, hasta que probé tres de sus cuatro variedades en un food truck aparcado junto al centro de información del Parque Natural de Las Bárdenas Reales en Navarra. Lo hice en uno de esos momentos únicos que te dejan un largo recuerdo, una tarde soleada tras disfrutar de una ruta ciclista por el paisaje absolutamente mágico del Parque.
Empecé saboreando su Pale Ale que incluye trigo cosechado en las mismas Bárdenas y me gustó, continué por otra elaborada con miel de romero y como digo completé la cata de las tres que allí tenían con la siempre agradable sensación de descubrir algo bueno que antes no conocías.
Por la noche estuve paseando y cenando por Tudela, ya había buscado en internet referencias a la marca y me propuse buscar la última que me faltaba, esa imperial stout que se me antojaba perfecta para después de la cena. Sin embargo no logré encontrarla en los sitios que recorrí y solo fue gracias a mi amigo Javi que vive por allí y que tenía 2 botellas en su bodega como pude hacerme con ella para probarla al día siguiente, jornada en la que la ruta ciclista me llevaría precisamente a la Plana de La Negra, uno de los puntos más elevados y emblemáticos del Parque, lo que me pareció toda una señal. Para preparar como se merecía ese final de ruta puse también en la mochila -además de agua- una deliciosa cecina de jabalí que pensé podría ser un buen acompañamiento para esta cerveza.
La Negra me pareció una stout muy aromática, con una sinfonía de notas maltosas de diferente tueste realmente armónica. El lúpulo se aprecia en un segundo plano, algunas notas de frutos negros que le dan un cierto toque fresco y anticipan una acidez en boca muy sutil. Los recuerdos de café, cacao y vainilla se van sucediendo sin que ninguno destaque demasiado por encima del resto.
En boca entra suave y como no podía ser de otra forma nos da una sensación de gran cuerpo. El abanico de aromas detectados antes se vuelve a suceder y aparece un matiz de tomillo en el retrogusto que no pude comprobar si correspondía o no con algún ingrediente de la receta pues las etiquetas se habían mojado y casi perdido del todo en la bodega de mi amigo.
Por último decir que el maridaje con la cecina fue algo extraordinario. El ahumado de esta se sumaba a los aromas de La Negra muy agradablemente y la intensidad de bocado y cerveza guardaba un gran equilibrio. Hasta el pan del bocadillo jugaba un papel en el conjunto dando a veces la sensación de estar disfrutando de esa clásica merienda de mi infancia del pan con chocolate.
No puedo negar que el escenario y la situación pueden ser co-responsables del recuerdo que tengo de aquél momento pero creo que pronto incluiré La Negra en alguna de las catas que hacemos en Sabeer para contrastar mis sensaciones personales con las de otros amantes de la cerveza.
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