¿Cómo impacta el COVID-19 en la hostería especializada en cerveza?

El COVID-19 ha azotado al sector hostelero. La pandemia ha afectado incluso más a la hostelería especializada en cerveza por la naturaleza perecedera del producto. La consecuencia más inmediata es la cantidad de barriles pinchados que se han echado a perder. Más si se trata de cervezas sin filtrar o sin pasteurizar. Todavía algún barril de imperial stout podría salvarse, aunque no sabemos hasta cuándo.

En un momento donde al menos la mitad de los grifos servían estilos lupulados, el virus ha supuesto un revés. El precio para el hostelero ronda entre los 110-150€ por un barril de treinta litros de IPA. Ahora piensa que un bar especializado puede tener diez tiradores o más. En consecuencia, algunos bares han optado por admitir pedidos y vender a domicilio para sacar adelante botellas y latas. Esta reacción pretende minimizar daños, aunque no constituye una solución a largo plazo.

Algunos grandes grupos cerveceros como Mahou San Miguel o Heineken han anunciado su apoyo a bares y restaurantes cuando vuelvan a abrir, pero los paquetes de ayuda se traducen la mayoría de veces en regalar un puñado de barriles y otras provisiones a sus clientes. Esto es insuficiente para enfrentar las facturas de varios meses consecutivos sin ingresos. Por su parte, pequeños productores y distribuidores especializados darán gracias si cobran, cuando cobren, los pedidos.

Cuando el estado de alarma termine, veremos cervezas mucho más modestas en las pizarras. Cabría esperar que la oferta se centrase en lager y otros estilos de perfil maltoso a la par que robusto. En un principio, el consumidor disfrutará de precios a la baja como consecuencia de toda la cerveza que ahora “duerme” en los tanques y que competirá por salir a la vez en cuanto el gobierno abra la veda. No olvidemos que la hostelería es el principal canal de venta de cerveza en España.

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