Los efectos del coronavirus en la cerveza artesanal

El año que vivimos peligrosamente

Escribe Rubén de Dios

Este iba a ser un artículo sobre la constante subida de precios de la cerveza artesana en los últimos años, pero el coronavirus ha hecho que casi todo mi contenido y predicciones carezcan de sentido o validez. Por eso, voy a usar este espacio para reflexionar sobre el daño que el cierre de la economía, para combatir el COVID-19, está produciendo a la industria cervecera artesanal independiente y qué secuelas dejará. 

La situación varía mucho por países. Casi toda Europa y EEUU están en estado de confinamiento y distanciamiento social. El primer gran varapalo a las cerveceras ha sido el cierre de los pubs y bares. Este primer revés ha acabado con cualquier tipo de venta de barriles de cerveza. Algunas empresas han regalado barriles empezados, otras los han vendido a precio de saldo y los más frescos han sido embotellados o enlatados. También se ha reducido la venta de latas y botellas, sobre todo por el cierre de bares especializados en cerveza artesanal.

Para paliar este descenso brutal de las ventas, gran parte de estas pequeñas empresas han abierto tiendas online, si no las tenían abiertas previamente. En aquellos países donde está permitido, han mantenido los taprooms abiertos solo para la venta de consumo a domicilio o para la recogida de pedidos online. Gracias a esto, se está dando salida al stock de botellas y latas. Los beneficios a través de la venta por internet no pueden paliar completamente la desaparición de los bares, pero sí ofrece un alivio económico que permita tener las luces encendidas durante más tiempo, a la espera de que las medidas de aislamiento social se relajen. 

Para reducir gastos. la mayoría de las marcas están reduciendo su producción o solo embotellado/ enlatado, según necesidad. Muchas de ellas, están optando por dejar las cervezas en los tanques y empaquetar pequeños lotes según demanda. Otras han decidido, después de vender casi todo su stock actual, cerrar temporalmente sus puertas para así disminuir sus gastos. Esto puede generar un descenso en la oferta, sobre todo si la situación de cuarentena se alarga. Mi previsión es que, de ser así, las cerveceras se centraran en sus cervezas core abandonando la producción de cervezas limitadas o de temporada. 

El cierre obligado puede causar la desaparición de algunas cerveceras artesanales independientes, sobre todo si los cierres se prolongan durante muchos meses. La prueba de fuego será con el regreso paulatino a la nueva normalidad.

Casi todos los gobiernos occidentales están ofreciendo ayudas a empresas para que puedan seguir abiertas y pagando a sus empleados. La gran incógnita es qué sucederá cuando los bares y taprooms puedan abrir sus puertas con relativa normalidad.

Hay muchas probabilidades de que la recuperación económica después del fin de la cuarentena no sea en forma de V, sino en forma de U, o peor en forma de L. Esto significa que seguramente habrá una recesión económica fuerte, ya sea a corto/ medio plazo (forma de U) o a largo plazo (forma de L). 

La crisis económica puede traer una bajada del consumo, sobre todo en bienes que no sean de primera necesidad o de bajo coste. Tristemente la cerveza artesanal es parte de al menos uno de estos grupos o incluso de ambos. Esta reducción de demanda en bares, bottle shops o tiendas de internet puede llevar a la quiebra a varios de estos negocios y con ellos a muchas cerveceras que ya vendrán con problemas de escasez de liquidez y plantillas reducidas. Las grandes cerveceras también se verán amenazadas, pero pueden aguantar la recesión por medio de reducción de producción y plantilla, consolidación de marcas junto con una reducción de precios temporal.

La recesión, aunque brutal, no tiene que significar la desaparición total de la industria artesanal cervecera. Dentro de el mundo craft hay dos tipos de cervezas que pueden aguantar mejor el chaparrón. Las más pequeñas con pocos a ningún empleado y que son familiares o en la que los trabajadores son los dueños de la misma.  Las otras son aquellas más grandes, con capacidad para concentrarse en sus cervezas core y vender en supermercados. Obviamente todo esto puede cambiar o no ser tan fuerte, sobre todo si los gobiernos continúan las ayudas más allá del periodo de cuarentena sobretodo en lo referente al pago de impuestos indirectos y tasas como el IVA y las tasas sobre el alcohol que casi todos los países tienen. Pero la supervivencia de gran parte de las empresas cerveceras independientes dependerá de que la gente tenga dinero en el bolsillo para más cosas que la comida y el alquiler.

Otra cosa a tener en cuenta son los posibles cambios de comportamiento de los consumidores debido a la transformación social que la lucha con la enfermedad puede traer. Pero eso será difícil de prever hasta que no pase el tiempo, teniendo en cuenta que no se volverá a la normalidad de forma inmediata sino que será un proceso escalonado que puede tardar muchos meses o incluso más de un año.

Mientras tanto hay algunas cosas que podemos hacer para ayudar a nuestras cerveceras locales preferidas.

• Muchas de ellas tienen tiendas online propias o siguen abasteciendo a otras tiendas. Si vuestra situación económica lo permite, compradles alguna cerveza. Esto les ayudará a seguir trabajando y poder librarse de cualquier stock que tengan. 
• Dar a conocer a más gente el maravilloso mundo de la cerveza artesanal a través de las redes sociales.
• Estar seguros y sanos quedándonos en casa y bebiendo responsablemente. Ya habrá tiempo cuando todo esto pase de tomarse una pinta en el pub de la esquina.