La Batalla de los señores oscuros del norte por el Trono Negro de la Imperial Stout
Corazón, lucha sin cuartel, malta y negros ríos de cerveza. |
Para ser rey hay que librar muchas batallas. Para salir victorioso de ellas, hay que contar con un ejército de fornidos
guerreros de élite, bien armados, motivados y listos para la lucha. No es fácil
hacerse con suficientes soldados así, y menos en la tierra del craft. Son
necesarias muchas escaramuzas, sacrificios, pasos en falso, retiradas y
conquistas, antes de contar con las suficientes espadas, y con la experiencia y
sabiduría para manejarlas.
Una y otra vez, todo comienza con la elección
ventajosa del campo de batalla, una minuciosa estrategia de combate, junto a la
selección de las tropas adecuadas para encarar un duro macerado que llevará a
la obtención de un mosto denso, aromático y rico en azucares. La siguiente
prueba es el asalto a los muros de las calderas y entrar en plena ebullición.
Hay que medir bien los tiempos y la intensidad para marcar el ritmo, haciendo
uso inteligente de las armas capaces de amargar la refriega, incluso si fuera
necesario, incorporando mercenarios adjuntos para recrudecer el ataque. La
actividad enzimática se detiene, sube la temperatura y todo explota. Los
fluidos hierven y se derraman. Muchas bacterias y proteínas mueren. Otras
resisten y se hacen más fuertes y salvajes con el dulce sabor de la batalla. Proteínas
y taninos colisionan y se adhieren entre sí, precipitándose bajo los pies de
las tropas como una alfombra viscosa. Isomerización, evaporación, sulfuro y
Maillard. Después, silencio. Olor a malta quemada, aceites volátiles, turbio caliente, y el dulce y amargo sabor de la victoria.
Pero el maestro estratega sabe que, conseguida
la rendición del enemigo y la máxima obtención del preciado y líquido botín, la
victoria aun no es total. Hay que enfriar la cosa. Un verdadero rey sabe que ha
llegado el momento de delegar. Demostrar a sus nuevos vasallos, que tiene la suficiente
levadura y de la calidad necesaria, para reconstruir y trasformar lo
conquistado en algo nuevo y próspero, que formara parte de un conjunto mayor
bajo una misma bandera. Eso se consigue con tiempo, paciencia y sabiduría para
saber cuándo ha finalizado el trabajo y ha llegado el momento de madurez
adecuado. Así, más fuertes, más grandes y con más experiencia, batalla a
batalla, se forja el camino de un rey.
Hoy, seremos testigos del enfrentamiento entre
dos grandes reinos norteños. Una sola contienda, cada uno de ellos con su
milicia imperial más poderosa, pesada y despiadada. Sin reglas, sin
prisioneros, sin aditivos, sin filtrar. ¡Esto es la guerra!
Pongámonos en situación y conozcamos un poco
de la historia de cada una de las coronas que se medirán en esta ocasión. Comenzaré
por el reino más antiguo, el de Navarra, gobernado por la casa Naparbier,
nacida como respuesta al destierro en 2009 de tres jóvenes guerreros intrépidos
y emprendedores. Desde una pequeña nave de un polígono industrial de Pamplona,
los tres fueron extendiendo sus artes oscuras y conquistando territorios, así
como adeptos a su causa, hasta que tras dominar todo el reino de navarra y
establecer alianzas nacionales e internacionales con otras casas, deciden en
2012 construir su fortaleza y centro de mandos en la localidad de Noáin. Desde allí,
gobiernan con mano firme y experta, siendo famosa la calidad y destreza de sus ejércitos.
El otro reino aspirante al Trono Negro, es el
de Bizkaia, regido desde el año 2014 por la casa Laugar y sus
cinco magos rebeldes. Su historia comienza cuando, cansados de servir a otros
reyes aburridos e insustanciales, deciden dejar de hacer magia en sus hogares y
unirse para crear su propia casa. Poco tiempo después, la corona de Bizkaia es
suya, gracias a su astucia y el dominio de la magia negra. Desde su castillo en
Gordexola, conjuran y preparan pociones tenebrosas que reparten a su pueblo y a
sus guerreros. La ferocidad de sus tropas es inaudita para ser una casa tan
joven. Corren rumores de que sus soldados son muertos vivientes.
Ambas Casas atacarán con magia negra y la élite
de sus ejércitos. Naparbier con la Armada Imperial Stout “Black Blade”,
una horda de bárbaros salvajes con sus espadas negras de la muerte. Laugar con
la Unidad Russian Imperial Stout “Aupa Tovarisch”, miles de soldados
del ejército soviético, resucitados y sedientos de sangre.
Precio
Un ejército bien valorado asegura la
dedicación total a la causa, por parte de sus integrantes.
Black Blade se puede comprar entre 2,95€ y
3,95€. Aupa Tovarisch varía más según donde se mire, de 3,90€ hasta un máximo
de 5,20€, disponible en la mayoría de casos sobre 4,50€.
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Envase
Solo disponibles en formato de botella de 33cl tipo long neck para Back Blade y vichy para Tovarisch. El etiquetado de ambas
es de una sola pegatina que rodea gran parte del vidrio, situando en la parte
central de la misma sus colores de guerra. Naparbier usa tonos grises, negros y
marrones para colorear una representación de la empuñadura de una espada de
hoja negra clavada en lo profundo de las montañas del norte, bajo la luz de una
impresionante luna. El nombre de la casa con su tipografía, encabeza el dibujo,
dejando la parte inferior del mismo para el nombre y el estilo. Laugar muestra
con colores blancos, negros y rojos una ilustración protagonizada por sus
milicias de no muertos en plena batalla. Logotipo de la marca no muy grande, pero visible en la parte superior; el nombre con letras grandes y el estilo en
la parte inferior. Las dos reservan el lado izquierdo de sus etiquetas para la información
sobre ingredientes básicos, grado alcohólico y datos legales. Por supuesto, dos casas de tanto renombre protegen a sus soldados con chapas negras personalizadas
con sendos logotipos.
La intendencia es exquisita en ambos casos. Bien
uniformados y bajo dos cuidadas banderas que reflejan poder y buen gusto.
Imposible escoger entre las dos.
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Alcohol
La potencia de armamento es una característica
de la que las dos casas hacen gala. Laugar lleva el estilo al extremo y dota a
sus tropas de un contundente 12% ABV, que hace temblar a cualquiera. En
Naparbier, son más tradicionales y confían en su astucia en el cuerpo a cuerpo
y las distancias cortas, un 10,1% ABV es suficiente para sus “espadas negras”.
Ingredientes
Adentrándonos en los entresijos de cada uno de
los ejércitos, nos topamos con recelo y hermetismo a la hora de obtener
información sobre los embrujos, rituales e ingredientes de sus mágicas recetas.
Únicamente he podido constatar que Black Blade se elabora con maltas pilsner, brown, chocolate, roasted y avena malteada, usando lúpulo hallertau tradition
para las tareas de amargor y aroma. Aupa Tovarisch sigue siendo un misterio. La
única certeza es el uso de avena en copos. Desconozco el tipo de levaduras usadas
en ambos casos para fermentar.
Aspecto
Una voz de ultratumba rompe el silencio del
campo de batalla con el esperado grito de “¡Al Ataque!”. Chapas fuera y que
comience el derramamiento de líquido sobre las copas. Las dos milicias lucen
impresionantes. Todo se vuelve negro. Negro opaco. Solo se distingue en la
oscuridad, el brillo de sus espumosas coronas. Algún destello marrón rojizo
acompaña el profundo color azabache de ambas. Las cosas se agitan y con el movimiento impregnan su entorno de cristal transparente de liquido oleoso y un fugaz encaje, que en la Tovarisch es realmente denso y viscoso.
Los de Noáin, se coronan con una
fina espuma tono arena, escasa y efímera. Adherente y cremosa es la corona
color canela de los de Gordexola, que a pesar de su pobre retención se
permite aguantar algo más dando una sensación más poderosa y estable.
Aroma
La contienda ha comenzado y en la vanguardia
la lucha es despiadada. El ambiente se ha caldeado y el aroma de la guerra se
extiende hasta la retaguardia. Similar base de aromas intensos y complejos en
las dos partes. Maltas tostadas, torrefactas y quemadas, dominan sobre notas de
licor, frutos secos, fruta negra madura, regaliz o cacao. Pero más allá, cada
uno tiene sus propias armas. Aupa Tovarisch esconde notas dulces a caramelo,
Maillard, melaza, vainilla o tiramisú. Black Blade se decanta por matices menos
obvios, herbales, especiados y terrosos, apareciendo madera y salsa de soja.
"Adoro el olor a Imperial Stout por la mañana".
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Gusto
Los cadáveres se apilan bajo los pies de las
tropas. Las fuerzas permanecen bastante igualadas, hasta el ataque definitivo
que está por venir. Ambos bandos creen saborear la victoria, ¿pero a qué sabe
la victoria? Para Laugar el sabor es muy similar al aroma
que le precede. Destacan las notas dulces y típicas del estilo. Gusto maltoso,
torrefacto, a azúcar moreno, pasas, nueces, chocolate, café, jarabe de arce y
vainilla. El amargor está presente, pero más debido al quemado de la malta que
al lupulado, dejando a su paso un rastro levemente ahumado, de sequedad y
calidez licorosa. Naparbier saborea la victoria mezclando los
habituales sabores de las Imperial Stout con más cantidad de notas herbales y
especiadas. Están presentes las notas de malta asada, torrefacta, frutos secos, café
expreso, semillas de cacao, regaliz y caramelos de licor, al mismo tiempo que
se percibe algo de acidez, así como astringencia residual. El lúpulo es
evidente aportando sequedad y un postgusto terroso. Sin duda, una apuesta
arriesgada y personal que para mi gusto, no termina de redondear el resultado.
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Cuerpo
Ahora que el enemigo flaquea, es el momento de
lanzar el ataque definitivo. El todo por el todo. El único factor que
diferencia claramente a estas dos tropas y que en las distancias cortas es
fundamental.
En el cuerpo a cuerpo, Aupa Tovarisch supera
con creces a su oponente con un cuerpo pleno, aterciopelado y untuoso. Baja carbonatación,
textura viscosa en el paladar y tibieza alcohólica. Potencia y poderío, que
termina de doblegar las fuerzas de Black Blade, que, con un cuerpo más ligero y
oleoso, no es capaz de repeler este último y definitivo ataque.
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Puntuación
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Valoración
La lucha ha sido feroz y sin cuartel. Magia
negra, artes oscuras y cascos vacíos. Un derrotado y un justo vencedor. La casa
Laugar y su tropa Tovarisch reclama el Trono Negro del Norte, mientras el
honorable ejercito derrotado les rinde pleitesía. ¡Larga vida al Rey!
Pero el dulce sabor de la victoria es efímero
y pronto habrá que volver a la carga y demostrar ante otros reinos invasores,
que se es merecedor de continuar en el trono. En las convulsas tierras del craft
la única ley que perdura es la del más fuerte. Pasión, coraje, calidad y
respeto. Nos vemos en el campo de batalla.
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