Una de las ideas que germinaron en la reciente jornada de blogueros fue resucitar La Ronda. El concepto es bastante simple. Un blog propone un tema de debate, y los demás publicamos nuestra opinión al respecto. En esta ocasión, Manuel Jim del blog Cervezomicón -recomiendo su lectura- nos ha convocado en torno a una cuestión polémica ¿Necesitamos “cierta educación para distinguir los estilos más básicos” o es suficiente con la dicotomía megusta/nomegusta?
Lo cierto es que todos tenemos educación en mayor o menor medida. El que carece de conocimiento concreto sobre cerveza no es un analfabeto, sino una persona sin formación específica. Identificar la ausencia de dicha formación con la falta de educación me parece elitista e indeseable. El consumidor tiene educación suficiente como para dar a la cerveza la importancia que merece: la de una bebida ¿O acaso quienes creemos saber más o menos sobre cerveza estamos igual de obsesionados con otros alimentos?
En respuesta al tema de debate, parafraseo a Pablo Iglesias: me es indiferente, me da igual, me importa un comino, me importa un pimiento, me importa un huevo, me importa un rábano o me importa un pepino, me la trae floja, me la suda, me la trae al fresco, me la pela, me la refanfinfla, me la bufa… -ad infinitum- si otras personas psicoanalizan la cerveza o si "solo" la disfrutan. Que cada persona haga lo que quiera mientras no haga daño a los demás. El compromiso con el productor termina cuando el cliente paga el producto.
Termino mi breve reflexión con una cita al artículo que Víctor de la Serna publicó el 8 de noviembre en El Mundo: "surgió una generación de sumilleres y divulgadores del vino que cultivó un lenguaje abstruso y pretencioso para describir el vino y su cata -la famosa vía retronasal- y convenció al público, particularmente el joven, de que eso del vino era algo bastante ininteligible para expertos y snobs. Más aliciente para pasarse al cubata".
Si y no. Buen acercamiento a la cuestión. Si que podemos llevar la cerveza a blanco y negro ya que es solo cerveza y me gusta o no, pero No porque también podemos llevarla a su máxima expresión y enriquecerla con todo alarde de matices que se nos ocurra, hablar de colores, aromas, sentimientos....igual de válido es la reducción como el incremento.
ResponderEliminarTodas las ciencias acaban llenado su vocabulario de ricos y extraños términos precisamente para intentar llegar a entender lo estudiado de la forma más exacta posible, puede ser una vana ilusión pero pasa en derecho, economía, física, biología....esto refleja precisamente la complejidad del tema.
Creo que a nadie se le escapa que si nos limitamos a que el pan es pan, el vino vino....estamos cometiendo una gran injusticia con los que quieren ir a más.
En mi opinión un producto se disfruta más si se entiende su elaboración, el porqué de los ingredientes utilizados, la historia que tiene detrás... En cuanto sabes lo mínimo de cerveza, sin necesidad de ser un experto, te resulta insulso eso de rubia, tostada y negra.
ResponderEliminarbuena iniciativa lo de"la ronda". yo particularmente prefiero quedarme con un cuento que me cuenten de la cerveza que estoy tomando aunque sea mentira, pero que se me quede en la memoria, que una retahíla de términos pseudotécnicos que en mi capacidad organoléptica no me dicen nada. para hacer cerveza no hace falta leerse el kunzer, dejemos que actúe la magia (hablo a pequeña escala, claro). Salu2
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